Entre música, locro y desfiles, un grupo de artistas transformó una pared del Polideportivo Municipal en un espacio de memoria viva. Mientras la comunidad celebraba el 25 de Mayo, integrantes del Taller de Gráfica Experimental del Centro Cultural Pipach creaban un mural en homenaje a Remedios del Valle, una figura clave de la independencia argentina que fue invisibilizada durante siglos por ser mujer y afrodescendiente.

“Fue la primera experiencia que desarrollamos desde el taller”, contó Lucía Sicuso, una de las coordinadoras junto a Valeria Maidana y Delfina Martín. La intervención se planificó durante las clases semanales de los martes, donde se prepararon los stenciles y se pensó colectivamente en la figura a representar. “Buscamos una representación trascendente de la revolución anticolonialista, y así apareció Remedios del Valle”, explicó Sicuso.

El mural no solo muestra su rostro, sino que también está acompañado por elementos naturales como llantén, cardones y zorzales, en referencia al trabajo como enfermera y curandera con plantas medicinales que realizaba Remedios.

El Taller de Gráfica Experimental funciona todos los martes en el subsuelo del Centro Cultural Pipach, con tres turnos disponibles (10:30 a 12:30, 14 a 16 y 16 a 18 hs). Está abierto a adolescentes, adultos y adultas, y cuenta con cupo limitado. La propuesta es gratuita y coordinada por la Dirección de Cultura, con un enfoque en el cruce de técnicas como grabado, serigrafía, stencil, collage, y próximamente cerámica y mosaico.

“Buscamos crear comunicación visual con contenido, en esta era de redes donde la imagen lo es todo”, agregó Lucía. El objetivo: difundir el lenguaje del mural colectivo como herramienta social, artística e histórica.

Quienes quieran colaborar con donaciones de papeles, pinturas o herramientas, pueden hacerlo acercándose los días martes al edificio ubicado en Avenida Buenos Aires y Playa, donde el taller continúa sembrando inquietudes, memoria y creatividad en la comunidad.

A menos de dos meses de haber comenzado, el Taller ya salió a la calle y dejó su huella: un rostro del pasado, visible en el presente, que nos invita a repensar nuestra historia colectiva.